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Consumo energético en Colombia: una apuesta por energías renovables

Consumo energético en Colombia: una apuesta por energías renovables

El consumo energético en Colombia ha experimentado un incremento sostenido desde 1990, con una clara tendencia creciente desde 2010. Así, tenemos un contraste de 1,9 % (en 2010) vs. 4,5 % anual (en 2018).

Esta situación es producto del crecimiento económico y de una mejor calidad de vida. Todas las estimaciones indican que esta tendencia se mantendrá en el futuro (Campetrol, 2019).

En efecto, que nuestro país crezca y mejore sus condiciones de vida es una buena noticia; sin embargo, en estos tiempos de cambio climático, más que de consumo energético, tendríamos que hablar de matriz energética. ¿Por qué? Te lo explicamos a continuación.

La matriz de consumo energético colombiana

Cuando hablamos de una matriz en energía, nos estamos refiriendo a cómo está compuesto ese consumo; es decir, las diferentes fuentes que utilizamos para producirla, que pueden ser fuentes de energía renovable y no renovable.

En Colombia, el 52 % del consumo energético proviene de gas natural, fuentes hidroeléctricas y renovables no convencionales. Es decir, más del 50 % está constituido por energías limpias (CAMPETROL, 2019).

Además, su matriz de consumo energético es la sexta más limpia del mundo: la mayor parte de sus tecnologías utilizan el agua como recurso. En números, significa un factor de emisión de dióxido de carbono (CO2) 83 % menor al promedio mundial (Acolgen, s.f.).

¿Por qué Colombia debería cambiar su matriz de consumo energético?

Colombia tiene una matriz de consumo energético diferenciada. Así, el promedio mundial de utilización de fuentes no renovables es del 80 % (en Colombia es del 48 %), con el restante 20 % mundial distribuido en diferentes fuentes renovables.

Además, debemos destacar que el 68,3 % de las centrales de Colombia son hidráulicas (Acolgen, s.f.), lo cual demuestra la alta dependencia hacia una fuente de energía muy sensible al cambio climático (Campetrol, 2019).

¿Cómo podemos modificar la matriz de consumo energético?

Nuestro país ha incrementado la utilización de energías limpias. En 2018, el índice fue 6 % más alto con respecto de 2010. Sin embargo, esto se limita básicamente a gas natural y energía hidráulica. La participación de otras fuentes renovables de energía es aún muy baja.

Por ello, se han puesto en marcha diversos planes y mecanismos, con estrategias para diversificar la matriz, aumentar la eficiencia energética y desarrollar sistemas de medición. Vamos a referirnos a dos de estas estrategias.

Energía solar para diversificar la matriz

En términos de civilización humana, podemos considerar al Sol como una fuente inagotable de energía. Ocupa una posición privilegiada: se puede obtener tanto calor como electricidad, se puede almacenar y otros tantos beneficios más.

Actualmente, Colombia tiene 331 proyectos vigentes (Energía Estratégica, 2020). Por ejemplo, El Paso, con una capacidad de 86,2 MW, podrá atender las necesidades de 400.000 personas. Además, permitirá disminuir las emisiones de CO2 en 107.000 toneladas anuales (Energía Limpia XXI, 2020).

Biocombustibles: otra fuente renovable para consumo energético

La mala calidad del aire es un tema preocupante, sobre todo en ciudades como Bogotá y Medellín. Utilizar biocombustibles permitirá reducir la emisión de material particulado en 800 millones de toneladas anuales (Portafolio, 2019).

Los biocombustibles son utilizados para producir biodiésel y bioetanol. Ambos reemplazan a los combustibles fósiles, principales responsables de la emisión de GEI. Los biocombustibles de segunda generación utilizan residuos de origen animal o vegetal; entre ellos, el aceite de cocina usado (ACU).

El ACU es un fuerte contaminante. Su vertido impermeabiliza e impide el paso de luz y oxígeno, lo cual termina afectando a la biodiversidad (Renovables Verdes, s.f.). Reciclarlo es sencillo y todos podemos hacerlo.

Manos Verdes, por ejemplo, es una empresa ambientalmente comprometida que recoge y entrega el ACU para producir biocombustibles.

En definitiva, utilizar fuentes renovables para producir energía permite lograr un ambiente más sano. Este es uno de los fundamentos de las ciudades sostenibles. En este sentido, todo parece indicar que Colombia va en el sentido correcto.

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