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¿Sabías que algunas lavadoras se estropean a los 2.500 lavados y ya no se pueden reparar? (Barreiro, 2020).
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La obsolescencia programada es la determinación de la vida útil de un producto para que, tras un tiempo, quede obsoleto y los consumidores tengan que comprar otro para sustituirlo (Ramos, 2016).
El primer producto al que le afectó fue la bombilla eléctrica.
Aunque algunas de las primeras funcionan desde 1901, Edison ideó un modelo programado para durar 1.500 horas.
Luego varias empresas se aliaron para establecer, por norma, una duración máxima de 1.000 horas y así agilizar el consumo (Estévez, 2012).
Vance Packard, pionero en estudiar este fenómeno, identifica tres modos de obsolescencia programada (Packard, 1960):
Ocurre cuando el producto no dura porque su mal funcionamiento está programado.
Por ejemplo, los frigoríficos y lavavajillas están fabricados para durar 13 años y las baterías de los celulares, entre 2 y 5 (Barreiro, 2020).
Sucede por la influencia del productor sobre el consumidor para que compre un nuevo producto, argumentando que es mejor que el anterior.
Por ejemplo, la industria textil y de la moda varía su oferta en cada temporada estacional (Packard, 1960).
Se presenta por la continua actualización de los dispositivos electrónicos, que cada vez tienen capacidades superiores.
Por ejemplo, algunos computadores y celulares dejan de ser funcionales porque su software queda desfasado (Barreiro, 2020).
En primer lugar, incita al consumismo porque, incapaz de reparar algo o siendo objeto de manipulación, la persona se ve obligada a comprar, quizá sin desearlo (Ramos, 2016).
También provoca una importante huella ecológica durante la producción de los objetos.
Y genera contaminación por la acumulación de residuos, que muchas veces no son materiales reciclables ni reutilizables.
Los productos tecnológicos, por ejemplo, se desechan como supuestas donaciones en países empobrecidos (Ramos, 2016).
Por otra parte, puede causar conflictos geopolíticos (Ramos, 2016).
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Resulta que algunos materiales para fabricar aparatos electrónicos, como el coltán, son escasos y valiosos, y hay competencia por su explotación (Pampliega, 2018).
Estas son algunas alternativas que puedes implementar para contrarrestar la obsolescencia programada (Ramos, 2016; Arévalo, 2018; Alargascencia, s.f.):
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Ahora que conoces más sobre la obsolescencia programada y los modos de resistirla, anímate a tener Manos Verdes®.
Descubre tu poder como consumidor y difunde esta información para ayudar a otras personas a consumir de modo más consciente y responsable.
BIBILIOGRAFÍA.
Alargascencia. (s.f.) ¿Qué es Alargascencia? Recuperado de https://alargascencia.org/es/pagina/%C2%BFqu%C3%A9-es-esto
Arévalo Zuleta, M. (2018). La guerra contra las fechas de vencimiento. El Espectador. Recuperado de https://www.elespectador.com/opinion/la-guerra-contra-las-fechas-de-vencimiento-columna-806438/
Barreiro, C. (2020). ¿Por qué se estropean tan pronto los electrodomésticos? Diario Sur. Recuperado de https://www.diariosur.es/vivir/tecnologia/estropean-pronto-electrodomesticos-20200311132548-ntrc.html
Estévez, R. (2012). La obsolescencia programada y las bombillas. Eco Inteligencia. Recuperado de https://www.ecointeligencia.com/2012/11/la-obsolescencia-programada-y-las-bombillas/
Packard, V. (1960). The waste makers. EEUU: David McKay.
Pampliega, A. (2018). Coltán, la maldición del Congo. El Independiente. Recuperado de https://www.elindependiente.com/futuro/2018/02/04/coltan-congo-antonio-pampliega/
Ramos, R. (2016). Obsolescencia Programada y sus consecuencias. Eco Medio Ambiente. Recuperado de http://ecomedioambiente.com/consumo-responsable/obsolescencia-programada-consecuencias/
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