Actualmente, se habla mucho de gestión ambiental para referirnos a todo lo que hacemos a favor del ambiente. Dentro de los muchos aspectos que componen esa gestión, está el manejo de la basura.
En Colombia, se generan aproximadamente 12 millones de toneladas de basura por año o, si prefieres, 23 toneladas por minuto. Una cifra que, a pesar de ser menor al promedio mundial, no deja de ser preocupante (Soto, 2020).
El problema es que si no realizamos un adecuado manejo de la basura y continuamos con la deposición en los rellenos sanitarios, aumentan los impactos negativos.
Algunos de estos, son, por ejemplo, la contaminación por plástico y la emisión de gases de efecto invernadero (Medio Ambiente, 2019; Sánchez, 2020).
En este sentido, la buena educación ambiental es clave. Ten en cuenta que tan solo el 17 % de los residuos sólidos urbanos se recicla (Medio Ambiente, 2019; Soto, 2020).
Pero, un buen manejo de la basura, comienza con una menor producción de residuos; para ello, te damos algunos consejos (Ecocosas, 2016):
Esta tarea comienza en el hogar, donde la responsabilidad de evitar las consecuencias de la contaminación es exclusivamente nuestra. Ahí es donde tú debes realizar la separación de los diferentes tipos de residuos que componen la basura.
Todas las cosas que dejan de ser útiles y eliminamos es lo que llamamos residuos. De todos ellos, los residuos sólidos urbanos son los que más nos interesan.
Son estos los que generamos en los núcleos urbanos y en sus zonas de influencia; igualmente, los que producimos en nuestros hogares y lugares de trabajo (Sánchez, 2020).
Seguramente, tu querrás saber los diferentes tipos de residuos que existen, pues bien, de eso nos ocupamos en el siguiente apartado.
Una clasificación apropiada para los residuos que generamos diariamente es la que los separa en orgánicos e inorgánicos. Los primeros agrupan a todos los productos biodegradables.
Por ejemplo, restos de comida, papel sucio, artículos de higiene desechables y cenizas (Hogarmanía, s. f.; Sánchez, 2020).
Los inorgánicos, por su parte, son todos aquellos productos de degradación lenta o muy lenta. En esta lista se incluyen los envases de cualquier tipo.
Por ejemplo, las gomas, los vidrios y los artículos de cerámica en todas sus formas. También todo tipo de papeles y cartones (Hogarmanía, s. f.; Sánchez, 2020).
Muchos de estos residuos pueden ser reciclados, es decir, sometidos a procesos que permiten que sean reutilizados; otros no.
Dentro de los que no podemos reutilizar o reciclar tenemos las pilas, que sin embargo tenemos que evitar que lleguen a los botaderos, porque son contaminantes del agua subterránea (Prensa, 2017), los medicamentos, el material radiactivo, restos de pinturas y productos de limpieza, entre otros (Planética, s.f.).
Los que sí se pueden reusar o reciclar son: el vidrio (envases y frascos); papel y cartón (cajas, envases, tetrabrick, sobres, etc.); metales (conservas, latas de aluminio, llaves, desodorantes); plásticos (botellas y envases, tapitas, sachets, y vajilla) (Buenos Aires Ciudad, s.f.).
Aquí te mostraremos algunas pautas para que separes los residuos en tu hogar (Borrás, 2017):
Si pones en práctica el reciclado, impactarás positivamente al ambiente así (Quintanilla, 2020):
Para que tengas en cuenta: la Superintendencia de Servicios Públicos y Domiciliarios de Colombia estima que entre el 60 y 70 % de los residuos sólidos del país se pueden aprovechar por medio del compostaje.
El 40 % de la basura diaria que generamos es materia orgánica (Soto, 2020).
Es posible entonces hacer algo para mejorar nuestro planeta. Y el manejo de la basura es una de las principales acciones para lograrlo. Si ya lo haces, bienvenido sea; si no, es un buen momento para comenzar.
BIBLIOGRAFÍA.
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